Abrir una clínica propia es un paso casi obligado para aquellas personas que desean ir un paso más allá y tomar el control de sus carreras profesionales.
Como dicen Los Rolling Stones no basta con querer algo para conseguirlo: No, you can’t always get what you want. Diseñar y ejecutar el proyecto de tener su nueva clínica requiere aceptar ciertos riesgos y hacerse preguntas como las que aquí le plantemos.
Si tras este artículo conserva la confianza y el optimismo del principio significa que tiene las ideas claras y que abrir su propia clínica es la decisión correcta para usted.
Abandonar un puesto de trabajo habitual para abrir una clínica es renunciar a una vida relativamente cómoda para abrazar cierta incertidumbre. Y es que al menos durante los dos primeros años de apertura caminará por una senda de tierra antes de llegar a la autopista de la rentabilidad.
A continuación, le presentamos las 5 preguntas que pueden ayudarle a tomar la decisión correcta:
1º pregunta: ¿Tiene un buen motivo para abrir una clínica propia?
La mayoría de los profesionales de la medicina que han deseado abrir una clínica propia lo han hecho tras haber adquirido una gran experiencia trabajando en distintos centros tanto públicos como privados.
Y aunque trabajando para terceros su esfuerzo no siempre era recompensado adecuadamente por los superiores jerárquicos, al menos era reconocido por los pacientes.
Su desempeño estaba enmarcado en un contexto donde los protocolos estaban ya implantados y los pacientes asignados. La responsabilidad de la gestión y el poder para toma de decisiones recaía en otras personas.
Quizá por esto mismo, una de las principales razones por las que estas personas se decidieron a dar el salto era la certeza de que tomando el control las cosas iban a ir mucho mejor y su esfuerzo de cada día tendría la recompensa justa.
Pero más allá de las razones de los demás, es importante que analice sus propias motivaciones y sopese los pros y los contras. Tener más responsabilidad implica ser más responsable y esto puede limitar su tiempo libre. Tener más poder le exige un esfuerzo extra para poder conservarlo, tener más personas a su cargo le obliga a pagar más sueldos. Todo tiene su punto positivo y negativo.
2º pregunta: ¿Es realmente consciente de lo que significa tener su propio centro?
Tener un centro propio es para muchos profesionales la meta de su carrera. Esto lo puede usted comprobar viendo como la mayoría ponen su nombre a sus clínicas recién inauguradas.
Para otros, los menos, tener su clínica es una etapa más para seguir creciendo como sanitarios y, sobre todo, como empresarios.
Los primeros suelen ser más prudentes a la hora de realzar la inversión ya que están poniendo en juego su propio nombre. En cambio, los segundos arriesgan más pues un fracaso no dañará su reputación.
Si usted es dueño de su propio negocio, su entorno estará mirando lo que para muchas personas significa una gran presión. La buena noticia aquí es que cuando todo sale bien, eso también es público.
3º pregunta: ¿Puede invertir en su clínica, incluso en épocas de vacas flacas?
Inversión inicial, nóminas, equipamiento y mantenimiento, hipoteca, márketing… desde aquí la lista continúa y parece que no hay más que gastos lo que puede procudir cierto vértigo.
La mayoría de las personas están acostumbradas a recibir un ingreso en el banco por su trabajo. Pero cuando usted es dueño del negocio, cuando su nombre está en la puerta, también puede significar largos períodos de tiempo sin que le paguen.
Sus obligaciones financieras son necesarias para mantener las puertas abiertas. La realidad de la situación es que cuando se es el dueño, hay que invertir en este “negocio“ cantidades significativas de dinero y mucho tiempo para que tenga éxito.
La buena noticia es que cuando esas inversiones dan resultado, ser el propietario o máximo accionista le reportará grandes dividendos y una inmensa satisfacción personal.
4º pregunta: ¿Es usted un buen vendedor?
Cuando usted es dueño de su propia práctica clínica su objetivo es atraer al mayor número posible de pacientes a su consulta. Además, tratará de que estos acepten sus tratamientos. Y esto, tiene que ver con vender.
El paciente puede realizar el tratamiento con usted o ir a la clínica de enfrente que también acaba de abrir. Sin embargo, esta forma parte de una cadena de clínicas low cost, las cuales realizan por menos dinero un tratamiento muy “similar” al que usted ha propuesto.
Al tener su propia clínica le va a costar un poco más decir que no a ciertas personas, deberá tratar a pacientes pcoo comprensivos y difíciles de complacer, y en definitiva, le forzará a tragarse su orgullo de vez en cuando.
5º pregunta: ¿Está listo para correr grandes riesgos?
El adagio del espíritu empresarial de que se necesita dinero para ganar dinero es de lo más certero cuando se trata de abrir su propia clínica. Sobre todo cuando esto requiere de grandes inversiones en equipamiento (gabinetes dentales, quirófanos…).
Si algo falla en el negocio, es posible que se encuentre en una situación económica complicada durante un tiempo.
Conclusión
Si ha llegado hasta aquí es porque realmente está motivado a cumplir ocn su sueño de tener su propia clínica. Además, si no ha sentido ninguna ansiedad durante la lectura, existen grandes probabilidades de que su proyecto sea un éxito.
Muchos de nuestros clientes son personas como usted. Profesionales relevantes y con una gran reputación que aún no tienen clínica propia. Suelen ser muy exigentes y estar muy ocupadas por lo que esperan de nosotros una comunicación clara y un respecto escrupuloso por su tiempo.
Sus primeras preguntas suelen ser muy concretas: ¿Dónde ubico la clínica? ¿Qué tamaño debería tener? ¿Qué normativa debo contemplar? ¿Qué distinguirá mi clínica del resto?
Si usted tiene este mismo tipo de cuestiones, contacte con nosotros. Un arquitecto experto en espacios de salud le responderá sin compromiso todas sus dudas y, si lo desea, le facilitará un presupuesto orientativo.
En Medicalta diseñamos la clínica de sus sueños
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