Llevas meses con una herida que cada día se hace mayor. Al principio te dolía un poco, pero ahora, cuando la tocas ves las estrellas. Estás desesperado pero tienes miedo a los médicos y con solo pensar en ellos empiezas a sudar y a temblar.
Bueno, pues esto es lo que les pasa a todas las personas que sufren de miedo al dentista o ansiedad dental. Pueden estar cayéndoseles los dientes pero no acudirán al dentista de ningún modo, o al menos por iniciativa propia.
Si tienes una clínica dental seguro que entiendes perfectamente de qué estamos hablando. Pacientes que fallan a las citas, que no colaboran, que son negligentes, que cuentan cosas horribles de los dentistas, que siempre están tensos y vuelven locos al personal…
Sin embargo, esto que en dos de cada tres dentistas supone un gran desafío, es para ti una oportunidad de oro para conseguir tener la agenda llena de pacientes agradecidos. Y si no nos crees, piensa que la ansiedad dental es un problema muy grave para quienes lo padecen, y que su prevalencia en Europa está entre el 4% y 23%.
Para muchos odontólogos una amenaza, para otros una gran victoria
Pues bien, resulta que los dentistas y las clínicas dentales con visión, llevan ya tiempo recibiendo y tratando a estos pacientes con ansiedad empleando una gran variedad de técnicas para proporcionarles una magnífica experiencia.
Algo que los pacientes valoran tanto que a cambio, recomiendan la clínica que les ha ayudado a vencer la ansiedad dental a todo aquel que quiera escuchar. Quienes antes tenían miedo al dentista ahora son unos apóstoles bastante fanáticos.
Los pacientes con ansiedad dental que por fin encuentran un dentista que les entiende y les proporciona una atención sanitaria a la medida de sus necesidades, se vuelven creyentes de la religión odontológica y están dispuestos a dejarse hacer fotos y grabar en vídeos dando su testimonio y contando cómo les ayudaste en su conversión a la fe de las sonrisas sanas.
Parece que estamos exagerando, pero es la realidad. Hay que tener en cuenta que estas personas suelen tener las bocas muy deterioradas y un gran complejo. Pero una vez que han vencido el miedo y conseguido restaurarlas sienten que les ha cambiado la vida y se atreven a sonreír de nuevo.
Cómo tratar a estos pacientes sin morir en el intento
Lo primero de todo es identificar a los pacientes que sufren de ansiedad dental para poder planificar su cita acorde a sus necesidades. Y para detectarlos, la mejor manera es preguntar directamente cuando el paciente o un familiar cercano pide cita y escuchar lo que tienen que contarnos.
Una vez que detectamos un paciente potencial que reconoce que no acude al dentista o dejó de hacerlo por que alguna vez le hicieron daño, nos pondremos es su lugar y le plantearemos la realización de un cuestionario para valorar su ansiedad dental o su miedo al dolor.
Existen diferentes modelos de cuestionarios, aquí os proponemos dos que puedes descargar pulsando sobre ellos:
Una vez que ya sabemos el nivel de ansiedad y miedo al dentista, tendremos que estar listos para atender a este tipo de paciente. Y no solo los dentistas deben estar adecuadamente formados, todo el equipo de la clínica debe entender lo que se espera de ellos para proporcionar a estos pacientes la solución a sus miedo y la consiguiente mejora de su salud bucodental.
Pasos para recibir y atender al paciente con ansiedad dental
1º Antes de que lleguen a la cita aplicar la regla de las “4S”. Esta regla consiste en eliminar todos los estímulos que pueden producir estrés en el paciente. Las ‘eses’ son la inicial de los diferentes mecanismos implicados:
- Sentido de la vista (ocultar agujas, jeringuillas, etc)
- Sentido del olfato (eliminar el olor de los desinfectantes de la clínica, odorizar la sala, etc.),
- Sentido del oído (minimizar o evitar en lo que podamos los sonidos desagradables como el sonido del torno por ejemplo)
- Sensaciones (reducir la vibración de la turbinas, no introducir elementos en la boca del paciente sin avisar, etc.).
2º Una vez el paciente llega a la cita en la clínica les recibiremos con una gran sonrisa y mucha amabilidad. Cuidaremos en todo momento tanto la comunicación verbal como la no verbal ya que esta supone el 65% del mensaje que captará el paciente. Nuestro tono debe ser pausado, no levantaremos la voz y mostraremos una actitud de escucha activa y empatía.
3º No les haremos esperar para que no se incremente su ansiedad. Además el paciente no debe quedarse solo en ningún momento.
4º Habremos tenido en cuenta que requieren más tiempo en consulta por lo que podremos dedicarle más atención y responder con calma cualquier duda que puedan tener.
5º Les indicaremos métodos para tomar el control durante el diagnóstico. Si sienten incomodidad, si notan nerviosismo pueden levantar la mano izquierda para hacérnoslo saber e interrumpir el procedimiento.
6º Les enseñaremos un par de técnicas de relajación como por ejemplo la técnica de relajación progresiva de Jacobson o alguna sencilla técnicas de respiración.
7º No dejaremos que se vayan de la clínica sin que se hayan expuesto al menos mínimamente a alguno de los procedimientos odontológicos habituales en una revisión. El objetivo es conseguir iniciar un proceso de desensibilización sistémica mediante el cual el paciente será, poco a poco, más permeable a los tratamientos.
8º Para que el paciente sienta que todo permanece bajo su control, le iremos indicando en cada momento qué es lo que vamos a hacer y con qué fin. De este modo, además de evitarle sorpresas, le haremos notar que todo va bien.
9º Por otro lado, y desde un punto de vista instrumental, podemos valernos de distintas tecnologías para tratar de distraer su atención del acto médico hacia espacios más atractivos para el paciente, como por ejemplo la musicoterapia, el empleo de realidad virtual, pantallas con emisión de series o programas del agrado del paciente, etc.
10º Desde la perspectiva clínica podríamos hacer uso de la sedación consciente pero esto requiere un gabinete alternativo con un instrumental determinado y un equipo humano especializado, lo que incrementa exponencialmente el coste del tratamiento por lo que en la mayoría de las ocasiones es utilizado para la colocación de implantes dentales.
Conclusiones
Los pacientes con ansiedad dental pueden ser un quebradero de cabeza para los demás, pero en tu caso se trata de una gran fuente de satisfacción si tienes paciencia, te pones en su lugar y sistematizas protocolos de actuación para ellos.